Convocatoria a pensar sobre el poder en mutualidad

8 de abril 2016 – convocatoria  a pensar

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Imaginar es posible

¿Qué nos mueve a juntarnos a quienes queremos pensar sobre el poder en mutualidad?

Una convocatoria a pensar sobre el Poder en Mutualidad ¿a quiénes atrae y por qué?

Al equipo de esta institución nos atrae porque sobre esta concepción intentamos hacer nuestra práctica institucional. Decimos que queremos hacerlo así, e intentamos revisar, continuamente, cómo lo hacemos y qué circunstancias nos permiten ahondar sobre ese quehacer.

Osvaldo Saidón dice, apoyándose en el pensamiento institucionalista, que es una pregunta acerca del postulado de coherencia, es decir, sobre las relaciones entre lo que decimos querer hacer y lo que efectivamente hacemos en nuestras organizaciones.

Pero ¿qué más nos mueve?

Un interés de trabajar junto a otros grupos, que, como el nuestro, se preguntan cómo hacer para construir organizaciones basadas en la mutualidad y la paridad. Aquí quiero hacer una distinción de conceptos. Ser pares significa tener el mismo lugar con respecto a la posibilidad de producir la norma (la ley, diría Castoriadis) y de tomar decisiones. La paridad, en este tipo de pensamiento, refiere a un estatus jurídico. Pero la paridad que sanciona igualdad frente a la ley no quiere decir —necesariamente— igualdad existencial. Al revés, más bien reconoce una diferencia. Esas diferencias (o sea, la aceptación de que no somos iguales en nuestras existencias) o diferencias existenciales podrían ser precisamente las que habiliten una mutualidad que parte de reafirmarse en la complementariedad de lo distinto. Aquí estaríamos en presencia de una forma de ver a la sociedad que toma como dato (como algo dado) que nuestras diferencias existen y que, al vincularse, pueden producir algo nuevo pero que nos sostenga a todos los involucrados en ese vínculo. ¿Por qué habría de interesarnos una construcción de poder de este tipo?

Sándor Ferenczi parece habernos dado algunas claves, vinculadas, algunas, a su investigación clínica y otras a su investigación y acción político institucional. Vamos a ahondar en la reunión en estas cuestiones. Pero antes, también, interesa volver a la pregunta inicial: ¿por qué estamos hoy acá cada uno de nosotros?

Además de algunas razones afectivas (por ejemplo, nos conocemos, o tenemos alguna relación con miembros del equipo; no nos conocemos pero nos resulta atractivo el tema u otras) seguramente en algún lugar nos “pica” a todos esta pregunta sobre la mutualidad. ¿Qué es? ¿Cómo se construye? ¿Qué problemas tiene? ¿Qué permite?

Por ejemplo, algunos de ustedes se acercaron, en su momento a nuestro grupo para consultarnos específicamente sobre la auto-gestión y la horizontalidad. Sus preguntas eran, más o menos: ¿cómo se hace? ¿Es posible el poder horizontal? ¿Qué es la auto-gestión libertaria? ¿Cómo hago, si fui conformando un grupo pequeño y auto-organizado, para abrirlo a otros pero conservando ese sello original de paridad? ¿Qué pasa si no todos los que integran el grupo se implican por igual?

O bien otras preguntas: ¿qué podemos aprender de la experiencia histórica de la auto-gestión? ¿De sus luchas? ¿De sus dificultades? ¿De sus derrotas?

O también preguntas como: ¿es acaso ingenuo plantearse la construcción de poder en paridad y mutualidad? ¿Cómo hacemos cuando, por ejemplo, en las cooperativas de trabajo se habla de la horizontalidad pero algunos no tienen voluntad de participar en las asambleas, órgano (se supone) por excelencia donde se concreta la horizontalidad? ¿Por qué en una cooperadora escolar, donde participamos en forma voluntaria y como pares asociados, existen muchas acciones concretas que buscan más bien excluir o bloquear una participación democrática? Éstas y seguramente otras preguntas en esta línea es lo que probablemente los haya convocado a compartir este encuentro.

Entonces podríamos decir que una línea de interés para la discusión está trazada desde la práctica. Reflexionar sobre esa práctica, buscarle algunas explicaciones, intentar interpretarla.

Sin embargo, y vinculado a esta línea que va desde la práctica a la reflexión y vuelve a la práctica, hay también otras líneas de curiosidad que vamos a llamar históricas. Más específicamente históricas. Se vinculan a preguntar: ¿quién fue concretamente este pensador del cual, probablemente, pocos o muy pocos de ustedes tenían noticia antes de leer el material para esta convocatoria? ¿Dónde, cuándo, cómo vivió? ¿Qué hizo? ¿Qué dijo querer hacer? ¿Con quiénes se encontró en su camino y con quiénes se desencontró? ¿Por qué motivos? ¿Qué pudo pensar? ¿Acerca de qué temas concretos? ¿Con qué herramientas? ¿Qué herramientas nuevas inventó cuando las que tenía a mano parecían no alcanzarle?

Algunas de esas preguntas están respondidas en los capítulos que ustedes leyeron. Otras no.

Para poder entender mejor cómo vincular las preguntas que llamé de la práctica y su reflexión con las preguntas que estoy llamando históricas quisiera comenzar por mostrar y explicar el índice que me planteo para este trabajo de investigación.

A partir de este índice, y tomando en cuenta los tres primeros capítulos (que constituye el material de lectura) voy a puntear luego elementos de estos capítulos.

Luego voy a desarrollar más en detalle una parte del capítulo 4 que aún no estaba disponible para la lectura.

Mi interés en presentar brevemente algo sobre lo que sí leyeron es repasar un poco y tener un punto de partida en común. Y mi interés en introducir material nuevo consiste en complementar lo anterior y en plantear más profundamente algunas de las angustias por las que pasó Sándor, intentando mostrarles cómo trató de resolverlas…

Ana Inés Heras – abril 3 de 2016

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